Acabe ya el lamento grande mío

Acabe ya el lamento grande mío
de Fernando de Herrera


 Acabe ya el lamento grande mío,   
 con quien inundo, Betis, tu corriente;   
 que mi dolor acerbo no consiente   
 perpetuo estado a tanto desvarío.   
 

 Este fuego en quien ardo gaste el frío, 
 rompa este yugo estrecho ya mi frente,   
 y amor en sus rendidos no me cuente;   
 que del a luengo paso me desvío.   
 

 No me tendrá en confuso error su olvido,   
 su desdén, su rigor y su tormento, 
 que tanto se cansaron en mi pena.   
 

 Mas yo ¿qué digo, ausente y ofendido,   
 si el impío ofrece siempre al pensamiento   
 de mi astro fatal la luz serena?