Abrojo XIV (Rubén Darío)
Yo era un joven de espíritu inocente.
Un día con amor la dije así:
-Escucha: el primer beso que yo he dado,
es aquel que te di...
Ella, entonces, lloraba amargamente.
Y yo dije: ¡Es amor!
sin saber que aquel ángel desgraciado
lloraba de vergüenza y de dolor.