III

A UNA PARTIDA

Acaso supo, a mi ver,
y por acierto quereros,
quien tal hierro fué a hacer,
como partirse de veros
donde os dejase de ver.
Imposible es que este tal,
pensando que os conocía,
supiese lo que hacía,
cuando su bien y su mal
junto os entregó en un día.
Acertó acaso a hacer
lo que si por conoceros

hiciera, no podía ser
partirse, y con sólo veros
dejaros siempre de ver.