A una dama que cenó con el autor
Dase Dios por manjar a su escogido pueblo en la pascua cena misteriosa; Cristo es comida y mesa deliciosa del hombre de amor tanto confundido. Jesús asiste en gloria y prez ceñido eternamente con su amada Esposa; ¡de amor omnipotente portentosa hazaña! En tierra mora, al Cielo es ido. Tú que por diosa adora el alma mía, bellísima Amarilis, a ti es dado hacer tan gran milagro nuevamente. Cristo se ha dado a sí en la Eucaristía: ¡ay! tú date a mi pecho enamorado, y vivirás en él eternamente.