A un valiente andaluz
Narices y pescuezo me cortara con ligera presteza y buen talante si soldado mayor, más fuete Andante que yo, aunque pobre raso se encontrara. ¿Cuándo la fuerte Roma se entregara al español ejército triunfante si aquesta mi tizona machacante en aquel fiero asalto no se hallara? Metido en su garita un buen soldado aquesto tiritando refería; mas al estar sus hechos él diciendo ve un ratón, y corriendo desbocado, al arma, al arma, a voces repetía, que mil moros me vienen persiguiendo.