A un pie
El pie más lindo que acaricia el suelo jugaba ante mi vista complacida: yo, con mano dichosa y atrevida, de un espacio mayor levanté el velo. Bella columna descubrió mi anhelo, por los mismos amores construida, como del recio vendaval movida, se abre la nube, y se descubre el cielo. Detenido en las puertas de la gloria, aguardo a que el amor quiera propicio dilatar en sus reinos mi victoria. Y hoy, recordando tan gallardo indicio, mil veces se complace mi memoria en dibujar completo el edificio.