A un mal artista que se atrevió a hacer el busto de doña Mariquita Zavala de Ortiz después de su fallecimiento
de Mariano José de Larra


Tente, mentido Fidias que, profano,   
dando al mármol inerte alma fingida   
tornar imaginabas a la vida   
a Cintia bella con esfuerzo vano.   
 
La grosera facción tu inhábil mano    
deja en la piedra a trechos esparcida,   
que con torpe cincel hiere atrevida,   
remedo informe del cincel de Cano.   

No, si Apolo contigo fue severo,   
te vengues crudo en la indefensa hermosa    
del arte, con que lucha tu flaqueza.   
 
Si la muerte, de hollarla temerosa,   
sus rosas respetó, no tú más fiero   
borrar pretendas su inmortal belleza.