A un estuche
Anarda, ese estuche va
a mejorarse darse de dueño,
y mi palabra te empeño,
que, aunque es yerro, acertará.
Mi labor contenta está
que la dejarás vivir,
pues no podía sufrir
ver a damas tan discretas
ver a damas tan discretas
andar siempre en tijeretas
con tu continuo pedir.