A un disgusto de Filis
Como si amor por sí, Filis, no fuera bastante a ejercitar mi sufrimiento, la malicia con ímpetu violento en hacerme infeliz también se esmera. Vierte la envidia su ponzoña fiera, atosigando el alma con su aliento, y la astucia a favor del valimiento me calumnia, mi bien y me impropera. Todos los males, Filis, mi constancia podrá vencer; podré con mi paciencia rendir del hado el proceder injusto. Contrastará al rencor mi tolerancia pero, ¿quién tendrá, Filis, resistencia al verte, ay Dios, con el menor disgusto?