A un deseo vano
de Gaspar María de Nava Álvarez


 Oh deseo insensato, tu osadía   
 ¡cuán justamente queda castigada!   
 Caminaste con ala arrebatada   
 adonde el bien a tu ansia se ofrecía.   
 

 Hallaste en vez de fuego, nieve fría,  
 mármol en vez de fuego, y rodeada   
 de agudas puntas, de impiedad amada   
 la rosa, que tan dulce parecía.   
 

 No quiera imposibles. No con vuelo   
 altivo al Cielo registrar presumas   
 ni el carro gobernar del Sol dorado.   
 

 Que destrozados yacen en el suelo   
 Ícaro, ya desnudo de sus plumas,   
 Faetón por el rayo ya abrasado.