A secreto agravio, secreta venganza/Jornada 3/Escena III

Jornada tercera

Escena III

DON LOPE, MANRIQUE. -DON JUAN.

DON LOPE

Vuélvete, Manrique, y di
que luego a la quinta voy;
que esperando a hablar estoy
al rey.

MANRIQUE

Don Juan está allí,
y viene a hablarte. (Vase.)

DON LOPE

(Ap. ¡Ay de mí!
¿Qué puede haber sucedido?
¿A qué puede haber venido?)
Don Juan, pues ¿qué hay por acá?-
(Ap. ¡Oh, cómo un cobarde está
siempre a su temor rendido!)

DON JUAN Don Lope, amigo, yo vengo

(si estamos solos los dos)
a aconsejarme con vos
en una duda que tengo.

DON LOPE

(Ap. Ya para oír me prevengo
alguna desdicha mía.)
Decid.

DON JUAN

Un caso me envía
un amigo a preguntar,
y quiérole consultar
con vos.

DON LOPE

¿Y es?

DON JUAN

Jugando un día
dos hidalgos, se ofreció
una duda, en caso tal
forzosa, sobre la cual
uno a otro desmintió.
Con las voces, no lo oyó
entonces el desmentido;
un amigo lo ha sabido,
y que se murmura dél;
y por serlo tan fiel,
esta duda se ha ofrecido:
¿si éste tendrá obligación
de decirlo claramente
al otro, que está inocente;
o si dejar es razón
que padezca su opinión,
pues él no basta a vengalle?
Si lo calla es agravialle,
y si lo dice es error
de amigo. ¿Cuál es mejor,
que lo diga, o que lo calle?

DON LOPE Dejadme pensar un poco.

(Ap. Honor, mucho te adelantas;
que una duda sobre tantas
bastará a volverme loco.
En otro sujeto toco
lo que ha pasado por mí.
Don Juan pregunta por sí:
luego alguna cosa vio.
¿Haré que la diga?, no;
pero que la calle, sí.)
Don Juan, yo he considerado,
si es que mi voto he de dar,
que no puede un hombre estar
ignorante y agraviado.
Aquel que ha disimulado
su ofensa por no vengalla,
es quien culpado se halla;
porque en un caso tan grave,
no yerra el que no lo sabe,
sino el que lo sabe y calla.
Y yo de mí sé decir
que si un amigo cual vos
(siendo quien somos los dos)
tal me llegara a decir,
tal pudiera presumir
de mí, tal imaginara,
que el primero en quien vengara
mi desdicha, fuera en él;
porque es cosa muy cruel
para dicha cara a cara,
y no sé que en tal rigor
haya razón que no asombre
y que se le pueda a un hombre
decir: «No tenéis honor.»
¡Darme el amigo mayor
el mayor pesar!- Testigo
es Dios (otra vez lo digo),
que si yo me lo dijera,
a mí la muerte me diera,
y soy mi mayor amigo.

DON JUAN

Ya quedo ahora de vos
enseñado. Eso diré,
y a este amigo avisaré
que calle. Quedad con Dios.

(Vase.)