A mis críticos (Arango)
Ardiendo, Zoylo, en cólera inclemente, contra mis versos, dicen que te irritas, y que siempre frenético vomitas de injuriosos dicterios un torrente: Serena, Zoylo, la arrugada frente, que se aumente tu mal cuanto más gritas; y ese excesivo ardor con que te agitas es de tu frenesí prueba evidente. No en criticar consiste la cultura, que para esto es idóneo cualquier labio del necio que halla en maldecir dulzura; da otro ejemplo mejor como hace el sabio, que si escribir no puedes con cordura, desprecio y risa premiarán tu agravio.