A mi hermana Josefa
¡Un año más!... No mires con desvelo la carrera veloz del tiempo alado, que un año más en la virtud pasado un paso es más que te aproxima al cielo. Llora, sí, con amargo desconsuelo (pues bastante jamás lo habrás llorado) el año que al morir te haya dejado de alguna falta el interior recelo... Que el tiempo que bien obres no es perdido; pues los años de paz, hermana mía, que en la santa virtud habrás vivido se convierten en siglos de alegría en el eterno edén que hay prometido al alma justa que en su Dios confía.