A los que enseñan
A LOS QUE ENSEÑAN
Y el pecho en que se clava: la ignorancia
Ya pasaron las épocas nefastas,
En que pirata audaz del pensamiento
El déspota, el mandón, á su albedrío
Leyes dictó y encadenó á los pueblos!
Y no ha sido en los campos de matanza
Do el fanatismo y el error murieron,
Ni ha sido con el filo de la espada
Que se rasgó de la ignorancia el velo;
Fué el noble apostolado de la ciencia,
Fué el noble apostolado del derecho,
Fué la razón y la verdad supremas
Que marcaron del mundo el derrotero;
Han sido los soldados de la ciencia
Que pelean también con el cerebro!
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
No todas las coronas
Para adornar la frente del guerrero!
También los que iluminan las conciencias,
Campeones de la paz y del progreso
Reclaman un laurel! Á ellos las palmas,
También soldados son: del pensamiento!