​Alo escuro​ de José Alonso y Trelles

  China, espérame a las once;
A esa hora no nos ve náides,
Porque están negras las noches
Como sotana de fláire.
Déjate de andar zonciando
Con la vieja y con tu padre,
Que, últimamente, es al ñudo
Esconder lo que eyos saben.
¡Mirá quién, china, tu vieja
Pa no cazarla en el aire,
Eya, que jué p'al amor
Como Rivera p'al sable!
¡Ahijuna, vieja alarife!
Si al yegar yo la otra tarde
Se me dejó cáir de punta
Con estas mesmitas frases:
-"Mozo, no vaya a hacer buya,
Porque puede recordarse...
Sinforiana, que hace días
Duerme unas siestas muy grandes".
Y me miró sonriyendo
Como pa que yo cociase...
Le barajé la indireta,
Y ansí, como pa tirarle
De la singüeso, le dije:
-"Quién sabe si no vela a álguien".
-"Eso -dijo- como verlo,
Porque a ocasiones, ya tarde,
La siento como que reza..."
-"Pa que el dijunto se salve"
Dije yo.
      -"De juramente,-
Dijo eya, - pero es muy ave
El tal dijunto y coléa".
-"Pues si colea, aflojarle".
La vieja al óir esta broma
Dijo, queriendo babiarse:
-"Lambéte que estás de güebo;
Esa guacha tiene madre".
-"Güeno, pues con su licencia",
Le contesté yo al instante.
Y eya, largando el picazo,
Respondió:
      -"Ansina, quién sabe".
-Con que ya sabés, chiruza,
La vieja está de mi parte,
Y al viejo, si se retoba
Puede que le dé... un calambre...
Y bale... como ternero
Que se ha quedado sin madre.
No te hagás la chancha renga
Y abríme en cuanto te yame,
Porque he juntáo... tantos besos
Que en los labios no me caben;
Y como esa tu boquita
Es tan chiquita, se me hace
Que pa no desperdiciarlos
Los vi a dar un muchas partes...
Ten cuidáo de no dormirte
Y en la ventana esperáme,
Y no te retobés mucho,
Mi lindo clavel del aire
Que cuando no puede verte
Se conforma con tocarte
El que sin tu amor no vive
Y es todo tuyo-
Dinarte.