A la sabiduría
Pluguiera a Dios, que en ti, Sabiduría (Guía del alma, y celestial lumbrera) hubiera yo empleado el largo día, la fría noche, el tiempo, que perdiera. Tuviera con tu dulce compañía alegría en lo adverso, y paz entera: viera lo que no vi cuando creía, que veía, lo que ver jamás quisiera. Vencido de ignorancia, pobre, y ciego entrego a ti el ingenio envejecido despedido del ocio y vano juego, ruégote le recibas, que aunque ha sido perdido por su gran desasosiego, sosiego ha de hallar a ti rendido.