A la fortuna
Oda traducida del portugués por Marcelino Menéndez y Pelayo
Frenética ambición devora a César, Un amor venicial al grande Antonio, Importuna codicia a un Alejandro: He aquí tus favoritos. Lejos de mí, fortuna, déjame ora Con la indigencia mísera luchando, Esas tus vanaglorias no las quiero, No quiero tus favores. Conquista adoradores, yo no vendo A númenes extraños culto impuro, Doblo mi frente a Providencia sacra Con humilde respeto. Si ella pobre me quiere, me conformo Con el santo querer que así lo manda, De la amable paciencia revestido Recibiré sus golpes. Por esto no trocara palmas, lauros, Que ostentan los campeones triunfadores; Yo triunfo de mí mismo; esta victoria Debe cantar la fama. Si pobreza importuna me persigue Desde la cuna hasta el sepulcro triste Si horrible enfermedad tiende sus alas Y en mí su golpe asesta, Y si la negra muerte me arrebata Mi dulce protección, mi único asilo, O me arranca los padres tan amados, Espejo de virtudes, La muerte, la orfandad, los males todos Cual celestiales dones considero, Beso la sacra mano que me hiere, Sus decretos acato. No tengo imprecación, no tengo queja, Contra quien como padre que castiga Deja luego entrever tierna, bondades Que el llanto nos enjugan.
Santander, 7 de junio de 1875.