A la Sra. Duquesa de Frías en sus días

A la Excma., Sra. Duquesa de Frías en sus días
de Juan Nicasio Gallego


 Cuando improvisa mi prisión oscura   
 tornó en vergel tu planta bienhechora,   
 y vio asombrada la naciente aurora   
 en tus ojos su luz brillar más pura;   
 

 no bastando mi pecho a tal ventura,  
 las gracias viendo do el espanto mora,   
 así al perderte prorrumpí, señora,   
 bañado el rostro en llanto de ternura.   
 

 «¡Ángel celeste, hechizo y ornamento   
 del mundo, vete en paz, y el cielo pío  
 sin fin te colme del placer que siento!»   
 

 Este fue, dulce amiga, el voto mío:   
 hoy le renueva el alma y el acento,   
 y en pobres versos a tus pies le envío.