A fuerza de arrastrarse: 53


Escena XIX editar

PLÁCIDO, JOSEFINA y el MARQUÉS. Al retirarse los demás personajes, PLÁCIDO cierra la puerta del fondo.


PLÁCIDO.-Ahora los tres aquí. Todos juntos; somos la familia íntima, estrechamente unida por lazos de aprecio, de cariño, de confianza, de lealtad; la familia que yo he sabido formar. (Coge al MARQUÉS y a JOSEFINA por los brazos y los aproxima a sí.)

MARQUÉS.-¿Qué quieres decir con eso?

JOSEFINA.-(Recelosa.) No te comprendo.

PLÁCIDO.-¿No comprenden ustedes? ¡Es una explosión de felicidad! ¡Es un mentís que, desde el fondo de este hogar doméstico, damos a ese folleto infame! Porque para saber lo que dice no tiene usted que preguntárselo a nadie. (Al MARQUÉS.) Yo Se lo diré. Dice que usted es un vanidoso y un imbécil.

MARQUÉS.-¡Yo!

PLÁCIDO.-Usted. ¡Dice que tú eres una coquetuela sin pudor y una mujer liviana!

JOSEFINA.-¡Yo!...

PLÁCIDO.-Tú. Dice que yo soy el más abyecto y el más miserable de los tres.

MARQUÉS.-¿Tú?

JOSEFINA.-¿Tú?

PLÁCIDO.-Yo. Y agrega: tres personas y ninguna conciencia. Y ahora, díganme si vale la pena que pensemos en ese folleto. ¡Una familia tan digna, tan feliz, tan unida estrechamente!, ¡tanto, que entre nosotros no cabe ya nadie! ¡Blanca me ofreció el retrato de mi madre y le dije: «¡No!» ¡Entre un «imbécil», una «liviana», y un «miserable» no puede estar! (Con movimiento de desprecio, los separa de sí. Telón.)