A don Eugenio de Llaguno

A don Eugenio de Llaguno
de Juan Meléndez Valdés


 Alivia el peso, soberana Astrea;   
 déjame una hora de feliz reposo;   
 el crudo afán de tu servicio honroso   
 ceda una vez a más feliz tarea.   
 

 Santa amistad en celebrar se emplea  
 del claro Elpino galardón glorioso,   
 merced justa de un rey que poderoso   
 su mérito y saber honrar desea.   
 

 Vosotras, Musas, si a mi ruego un día   
 cedisteis gratas, y mi tierno acento  
 oyó afable por vos mi dulce Elpino,   
 

 prestas volad, decidle mi alegría,   
 del pueblo hispano el general contento,   
 de la virtud el júbilo divino.