A don Eugenio de Llaguno
Alivia el peso, soberana Astrea; déjame una hora de feliz reposo; el crudo afán de tu servicio honroso ceda una vez a más feliz tarea. Santa amistad en celebrar se emplea del claro Elpino galardón glorioso, merced justa de un rey que poderoso su mérito y saber honrar desea. Vosotras, Musas, si a mi ruego un día cedisteis gratas, y mi tierno acento oyó afable por vos mi dulce Elpino, prestas volad, decidle mi alegría, del pueblo hispano el general contento, de la virtud el júbilo divino.