A cada uno lo suyo

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


A cada uno lo suyo.

— ¡A ese! ¡á ese! gritaba un aragonés contra un ratero que robó la bolsa á cierta señora que compraba melocotones.

Corrieron hacia él, y diciéndole un guardia municipal: — Date, pedazo de ladrón.

Contestó:

— Usted se equivoca; yo no soy pedazo de ladrón, yo soy un ladrón completo.