A buena hora
<< Autor: José Batlle y Ordóñez
Viernes 21 de agosto de 1914, El DIA
A buena hora
Los propósitos exteriorizados en su política económica por el gobierno del señor Batlle y Ordóñez, merecieron siempre ser combatidos por los órganos contubernales. Cada vez que el P. E. propuso la sanción de leyes pendientes al mejoramiento económico de las clases más necesitadas, se alzó contra él, en nombre de un individualismo absoluto, la prensa opositora, presagiando a negras tintas, el cuadro desolador que presentaría el país, si aquellas ideas se llevaran a la practica... Dar al Estado intervención en el desenvolvimiento de las relaciones económicas sociales, era, para ciertos periodistas con más petulancia que ciencia, entregar al país a las consecuencias desastrosas de teorías inadmisibles. Y ahora, he llegado al momento de una dificultad, se clama por esas medidas, confesándose que su adopción y mantenimiento conjurarían peligro de mayor o menor importancia.
Si ahora se reconocen buenos esos propósitos, mejor es aún cuando se iniciaron, por que en la vida política como en todos los órdenes de la vida social, vale más emplear métodos preservativos que curativos! No debemos, es claro, preocuparnos poco ni mucho de ciertas opiniones, sino para hacer notar la contradicción en que se incurre al emitirlas. Consecuencias, todo, de una oposición que no tiene más fundamento que un encarnizado despecho contra los hombres que trabajan honestamente, a favor del país.
A buena hora se declaran convictos los que no hicieron, hasta ayer, sino injuriar a los mismos a quienes se ven hoy obligados a dar la razón!