A Sevilla
de Rafael María Baralt


 Deja los juegos ya; deja de amores
 la liviana canción que te adormía
 con blando arrullo en la ribera umbría
 del Betis claro, entre galanas flores.
 

 Ya probaste del arte los ardores
 y al ronco son de bélica armonía
 lidiar supiste en temeroso día,
 ganar laureles, merecer loores.
 

 Ciñe pues, a tu frente la corona
 de inmarcesible lauro con que el cielo
 de potente y de justo en ti blasona.
 

 Y ya libre del yugo el patrio suelo
 por tu esfuerzo feliz, lleva a Helicona
 de más noble cantar el raudo vuelo.