A Nietzsche
C
Á NIETZSCHE
Al no poder ser Cristo maldijiste
de Cristo, el sobrehombre en arquetipo,
hambre de eternidad fué todo el hipo
de tu pobre alma hasta la muerte triste.
Á tu aquejado corazón le diste
la vuelta eterna, así queriendo el cipo
de ultratumba romper, oh nuevo Edipo,
víctima de la Esfinge á que creiste
vencer. Sintiéndote por dentro enclavo
dominación cantaste y fué lamento
lo que á risa sonó de león bravo;
luchaste con el hado en turbulento
querer durar para morir al cabo
libre de la razón, nuestro tormento.
S. 18 XI 10.