A Lesbia en su cumpleaños
Del nacarado Oriente a los umbrales entre ráfagas bellas de oro y grana torna a lucir la espléndida mañana que al mundo abrió tus ojos celestiales. Pura brille y feliz: huyan los males de ti, divina Lesbia, como vana niebla al sol estival, o cual ufana disipas la aridez si al campo sales. Meció tu cuna en la estación amena el arrullo del céfiro, y más flores que sus halagos con tu aliento crías. Arda a tus pies la juventud de amores, y tu lozana edad goza sin pena, que cuanto gracias da, no aumenta días.