A Judas.
Nota: se ha conservado la ortografía original.
Francisco Gianni cuenta la desastrosa muerte que a sí mismo se infligió el discípulo traidor, después de haber vendido alevosamente a su divino Maestro. El poeta imagina al demonio impaciente por ver terminada la vida del falso apóstol, y como éste, después de colgado de un árbol, no expira pronto, Satanás le ase con ímpetu de ambos pies y se esfuerza en apresurar la agonía. Ya cadáver el miserable, el diablo le devolvió el beso que Judas diera a Cristo cuando lo entregó a los soldados. Este soneto es muy bello, y la traducción ha sido hecha con singular maestría.
A JUDAS
C
UANDO el horror de su traición impíaDel falso apóstol fascinó la mente,
Y del árbol fatídico pendiente
Con rudas contorsiones se mecía;
Complacido en su mísera agonía
Mirábale el demonio frente a frente.
Hasta que ya, del término impaciente,
De entrambos pies con ímpetu le asía.
Mas cuando vió cesar del descompuesto
Rostro la convulsión tremenda y fiera,
Señal segura de su fin funesto,
Con infernal sonrisa placentera
Sus labios puso en el horrible gesto
Y el beso le volvió que a Cristo diera.