A Jesús crucificado
A vos corriendo voy, brazos sagrados en la Cruz sacrosanta descubiertos, que para recibirme estáis abiertos y para no castigarme estáis clavados: A vos, ojos divinos, eclipsados, de tanta sangre y lágrimas cubiertos, que para perdonarme estáis despiertos y por no confundirme estáis cerrados. A vos, clavados los pies, para no huirme, a vos, cabeza baja por llamarme; a vos, sangre vertida para ungirme: A vos, costado abierto, quiero unirme, a vos, clavos preciosos, quiero atarme con ligadura dulce, estable y firme.