A Jesús
A JESÚS
S
eñor, aquel día llamaste a mi puerta;descanso pedías con tierno clamor...
Había en mi casa un asiento vacío...
mas, sin comprenderte, no escuché tu voz.
Señor, y aquel día venías hambriento...
sediento venías; mas aunque licor
había en mi mesa y manjares había,
yo, sin comprenderte, no escuché tu voz.
Señor, y aquel día venías herido...
herido de pena ¡de pena de amor!
Buscabas un alma. Yo un alma tenía...
mas, sin comprenderte, no escuché tu voz.
Señor, y te fuiste por esos caminos...!
Señor, tus caminos se llaman Dolor.
¡Mírame en tu busca por esos caminos!
Señor, ¡Tú comprendes... Escucha mi voz!