A Fornaris, en la muerte de Lola

Cantos de la tarde (1860)
A Fornaris, en la muerte de Lola

de Clemente Zenea

A Fornaris, en la muerte de Lola

Fermossi al tin il cor che balzó tanto!
Pindemonte.

Ley es morir: es preciso
que encuentre asilo seguro
en el seno de una rosa
el insecto vagabundo.

Es preciso que descansen
peces, pájaros y brutos,
y que el polvo vuelva al polvo
y el hombre baje al sepulcro.

Aprende a sufrir: contempla
lo que pasa en torno tuyo,
y conociendo a la muerte
no temas su golpe rudo.

No te indignes porque venga
envuelta en manto de luto,
ni te amedrente su aspecto
ni su voz te cause susto;

no llores porque a las plantas
arrebate hojas y frutos,
y a la blanca mariposa
la flor que buscó en el musgo.

No gimas porque te robe
lo que en verdad no era tuyo,
ni tiembles porque te quedas
abandonado en el mundo;

confórmate con sus fallos,
y aunque el consuelo es muy duro,
no hay árbol que dé más sombra
que un sauce sobre un sepulcro.