A Eva y María Santísima
¡O Eva soberbia, quanto bien perdiste!
¡Ó humilde Eva, quanto bien ganaste!
Tú la gracia y la vida nos quitaste:
tú la vida y la gracia nos volviste;
la cólera de Dios tú enardeciste:
la coléra de Dios tú la aplacaste;
tú al hombre de su Dios le dividiste:
tú con su Dios al hombre le juntaste;
tú á Dios de amigo hicistes enemigos:
tú le tornaste de enemigo amigo.