A Dorila: Oda VI

​A Dorila - Oda VI​ de Juan Meléndez Valdés


¡Cómo se van las horas,    
y tras ellas los días,   
y los floridos años   
de nuestra frágil vida!   

La vejez luego viene,   
del amor enemiga,   
y entre fúnebres sombras   
la muerte se avecina,   

que, escuálida y temblando,   
fea, informe, amarilla,  
nos aterra, y apaga    
nuestros fuegos y dichas.    

El cuerpo se entorpece,    
los ayes nos fatigan,   
nos huyen los placeres    
y deja la alegría.   

Si esto, pues, nos aguarda,    
¿para qué, mi Dorila,   
son los floridos años    
de nuestra frágil vida?  

Para juegos y bailes   
y cantares y risas   
nos los dieron los cielos,    
las Gracias los destinan.   

Ven, ¡ay!, ¿qué te detienes?  
Ven, ven, paloma mía,    
debajo de estas parras   
do lene el viento aspira;   

y entre brindis süaves    
y mimosas delicias  
de la niñez gocemos,   
pues vuela tan aprisa.