¡Ojalá cada sol que te amanezca
 Aún más hermosa y más feliz te mire!
 ¡Nunca tu frente oprima
 El demonio tenaz del pensamiento,
 Ni blando rostro, halagadora risa,
 Hielen en ti la flor del sentimiento!
 No llorarás por ti, serás dichosa;
 Mas no a la compasión tu ánimo cierres,
 Porque en llorar con el dolor ajeno
 Hay alto y melancólico placer.