120 años de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile: 3


== La Biblioteca del Congreso Nacional: Don Jorge Ugarte Vial y la consolidación de una Biblioteca al servicio del Parlamento 1931-1968 ==


Juan Guillermo Prado Ocaranza


A fines de los años veinte, la ciudad de Santiago, con poco más de medio millón de habitantes, se extendía entre la avenida Vicuña Mackenna, la avenida Matta, la Quinta Normal y el antiguo barrio de la Chimba, al lado norte del río Mapocho. Por aquellos años, la energía eléctrica ya iluminaba las vitrinas y las noches de la ciudad e impulsaba a los tranvías que, paulatinamente, fueron reemplazando en las calles de la ciudad a los carros “de sangre” tirados por caballos. En esa época, el joven Jorge Ugarte Vial estudiaba derecho en la Universidad Católica de Chile y, en esas circunstancias, conoció la Biblioteca del Congreso Nacional, institución que dirigiría por casi cuatro décadas.

Jorge Ugarte nació en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, el 27 de julio de 1903. Fue hijo de José María Ugarte Ovalle y Carmela Vial Carballo quienes formaron una prolífica familia. Jorge era el menor de diez hermanos. Su padre se desempeñaba como cónsul general de Chile y por estar al servicio diplomático del país, constitucionalmente su hijo tuvo la nacionalidad chilena.

A los cinco años de edad retornó al país, como se hacía en la época, en el ferrocarril trasandino que unía las ciudades de Los Andes en Chile y Mendoza en Argentina. Como la línea férrea aún no estaba concluida, una parte del viaje la hizo a lomo de mula. En Santiago, estudió en los colegios La Salle, de los Hermanos de las Escuelas Cristianas y San Ignacio, de la Compañía de Jesús, para ingresar posteriormente a la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile, titulándose de abogado en el año 1927.(1) En las salas de la Biblioteca del Congreso Nacional investigó el material con el cual redactaría el tema de su memoria de prueba: El Comodato. (2) Paralelamente, le correspondió asesorar a la Comisión de Reforma de las Leyes Sociales, que dio como resultado la promulgación del primer Código del Trabajo de la legislación nacional, el 13 de mayo de 1931, durante el Gobierno del Presidente Carlos Ibáñez del Campo. Éste fue el decreto con fuerza de ley N° 178, dictado así, como otras leyes, por las facultades que el Congreso otorgó al Ejecutivo para legislar a través de ese tipo de normativa.

Por su trabajo en el seno de la Biblioteca, el joven Ugarte tuvo la ocasión de conocer a su director Adolfo Labatut Bordes, quien desempeñaba el cargo desde 1893, y a quien sucedió durante el transcurso del convulsionado año 1931.

Ese año, el país vivía una importante crisis económica y social. El Gobierno del Presidente Ibáñez experimentaba un alto grado de impopularidad debido a la crisis económica derivada del derrumbe bursátil estadounidense de 1929. El descenso de las exportaciones y, por ende, de los ingresos fiscales, contrajo la economía y los salarios, junto con altos niveles de cesantía. La ciudadanía protestaba en las calles; los universitarios, por su parte, se tomaron la casa central de la Universidad de Chile; los médicos, a su vez, fueron a la huelga en solidaridad con los estudiantes, mientras, paros y huelgas de distintos gremios públicos y privados se extendían por el país.

La Biblioteca, por estos años, contaba con sólo ocho funcionarios en su planta: un bibliotecario jefe de la Oficina, cargo que ocupó Jorge Ugarte; un jefe de la Sección Ciencias Sociales, que debía ser abogado; un subjefe de la Sección General; un oficial; un dactilógrafo; un mayordomo; un portero y un ascensorista. (3) A través de los años y, mediante sucesivas leyes, como se verá, la planta de funcionarios de la Biblioteca fue incrementándose progresivamente.

De regreso al contexto nacional, cabe señalar que luego de renunciar, el Presidente Ibáñez entregó provisoriamente el poder al Presidente del Senado, Pedro Opaso Letelier. El 27 de julio del año 1931, el General Ibáñez salió al exilio rumbo a Argentina.

Luego de un período de inestabilidad institucional que se prolongó todo el año 1932, asumió la Presidencia de la República, electo por segunda vez, don Arturo Alessandri.

Las convulsiones políticas que experimentó el país no afectaron al recién designado director don Jorge Ugarte. Al asumir en el cargo y como las obras que constituían el tondo bibliográfico estaban clasificadas sin rigurosidad, don Jorge estableció un nuevo catálogo con el objeto de subsanar esa grave deficiencia. En esa ímproba labor demoró cinco años y, con ello, la Biblioteca modernizó su sistema de atención mejorando la rapidez con que se atendían los pedidos y evacuaban las consultas. Para esto introdujo el sistema de Clasificación Decimal Universal (CDU), ampliamente utilizado en el mundo para clasificar material bibliográfico.

Consecuente con el sistema establecido, dispuso don Jorge que se construyeran los anaqueles empotrados a los muros de la sede central de la Biblioteca, para el depósito del material bibliográfico. Asimismo, en 1937, emprendió la labor de crear diversos catálogos-diccionarios, por medio de un sistema de fichas, que no existían en otras bibliotecas, con el objeto de facilitar el trabajo a los parlamentarios. Algunos de esos catálogos han desaparecido, pero otros existen hasta el día de hoy e incluso se han automatizado:

a) Catálogo de legislación nacional

b) Catálogo de leyes extranjeras

c) Catálogo del material contenido en las Memorias del Ministerio de Relaciones Exteriores

d) Catálogo de Labor Parlamentaria, con referencia a los Boletines de Sesiones del Congreso Nacional, donde se registraría cronológicamente el trabajo de los parlamentarios

e) Catálogo de Historia de a Ley, igualmente con referencia a los Boletines de Sesiones, que da cuenta de los diversos trámites en la formación de ley, sean originados por un mensaje del Ejecutivo o por una moción parlamentaria. Este se publicó en tres volúmenes, en 1950, con el nombre de Historia e Índice de las Leyes

f) Catálogo de artículos de revistas

g) Catálogo de las doctrinas de los fallos de los Tribunales de Justicia, que han sido publicados por la Editorial Jurídica de Chile con el título de Repertorio General de la Legislación y Jurisprudencia Chilena. Esta obra ha sido por años el texto de derecho de mayor éxito editorial en el país.(4)

Esta ardua labor y el prestigio de quienes trabajaban en y para la Biblioteca hicieron que su nombradía fuera reconocida tanto en el país como en el extranjero. Esto se tradujo en un aumento notable en su planta del personal. En octubre de 1940 —ya inaugurado el período de los gobiernos liderados por Presidentes radicales (llamados así por el partido político al que pertenecían y que lideraba las coaliciones, el Partido Radical)— se publicó la ley N° 6.627 que aumentó a quince la dotación de funcionarios de la Biblioteca(5) y cinco años más tarde, mediante la ley N° 8.283, los funcionarios llegaban a cuarenta y dos.(6)

Las modificaciones que se efectuaban en la Biblioteca estaban insertas en los cambios que vivía el país. El Presidente de la República don Pedro Aguirre Cerda fue elegido en 1938 con la consigna Gobernar es educar”. Para ello aplicó un ambicioso programa educacional, que se expresó en la construcción de más de un millar de escuelas básicas y la apertura de tres mil cargos para nuevos profesores. Al año siguiente creó la Corporación de Fomento de la Producción, cuyo objetivo fue el desarrollo de la economía nacional en diversas áreas. Esta voluntad de Estado —que se mantuvo por las siguientes tres décadas— orientada a fortalecer la institucionalidad pública, sin duda favoreció las iniciativas e inquietudes que don Jorge Ugarte implementó en la Biblioteca, tanto en la infraestructura, como en los recursos que requirió para dotar de nuevo personal a la institución, así como en proyectos mayores como se verá más adelante.

En 1943, en la iglesia parroquial de Viña del Mar, don Jorge se casó con doña Blanca Godoy Ossa, formando una familia de cuatro hijos: Jorge, al año siguiente del enlace; José Joaquín, en 1944; Francisco Javier, en 1949 y Manuel José, en 1953.(7)

En 1945, el entonces nuevamente senador y ex Presidente Arturo Alessandri, y el Presidente de la Cámara de Diputados, Juan Antonio Coloma, escucharon atentamente los argumentos entregados por don Jorge Ugarte con el objetivo de fundar, en conjunto con la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, la Editorial Jurídica de Chile. En 1947, el Presidente de la República Gabriel González Videla promulgó la ley N° 8.737 que creó esta importante casa editora nacional, a partir de la iniciativa del Director de la Biblioteca del Congreso Nacional.

En el artículo primero de dicha ley se indica que la Editorial tiene como fundadores a la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile y a la Biblioteca del Congreso Nacional. En el artículo tercero de la citada disposición se señala que la dirección y administración estarán a cargo de un Consejo compuesto de nueve miembros integrado en la siguiente forma: por el Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile que lo presidirá; por dos profesores designados por dicha facultad; por dos representantes del Senado y por dos de la Cámara de Diputados, elegidos en una sola votación unipersonal; por el Presidente del Centro de Derecho de la Universidad de Chile y por el Director de la Biblioteca del Congreso Nacional, que actuará de secretario.

Por iniciativa de don Jorge, la Editorial Jurídica se transformó rápidamente en gran centro editor, ya que el financiamiento quedó establecido en el artículo 4° de la ley mencionada: “Todas las multas por infracciones a leyes, decretos leyes, decretos con fuerza de ley, reglamentos u ordenanzas municipales, deberán pagarse con un recargo de un diez por ciento en relación a su monto neto, sin incluir los intereses en dicho recargo. Esto se hará efectivo en el momento de enterarse el monto de las multas en arcas fiscales, semifiscales o municipales e ingresará al patrimonio de la Editorial Jurídica de Chile”.(8)

Así, don Jorge Ugarte Vial no sólo fundó, sino que fue gerente general y miembro del Consejo de la Editorial Jurídica —entidad que creó en 1956 el sello Andrés Bello para comercializar obras literarias y científicas— hasta su retiro a fines de los años sesenta.

En 1948, el Director Ugarte fue invitado durante tres meses por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, a insinuación del académico Dr. Lewis Hanke, director de a Hispanic Foundation, quien, tras conocer los catálogos que el Director Ugarte había creado, puso en conocimiento de ello al Dr. Luther Evans, bibliotecario de The Library of Congress. En dicha Biblioteca tomó contacto con el Departamento de Referencias Legislativas a quien proporcionaría informes sobre las metodologías con que se habían confeccionado los referidos catálogos. Ellos fueron acompañados de los respectivos modelos de fichas que se usaban en la Biblioteca.

Más tarde comprobó don Jorge —según lo asevera en una carta que envió al Parlamento, con motivo de su retiro— que tarjetas similares a las de su creación se utilizaban en The Library of Congress, pues así aparecía en un folleto titulado “Legislative Reference Service”, publicado en Washington, en 1950.(9)

Dada la calidad de las técnicas desarrolladas en la Biblioteca, el Dr. Evans propuso que Jorge Ugarte fuera designado miembro del Comité de Expertos Internacionales encargado de pronunciarse sobre la planificación de la Biblioteca de las Naciones Unidas, en reemplazo del historiador peruano Jorge Basadre, quien no pudo concurrir, y en calidad de único representante de América Latina. Esa labor la desempeñó en Lake Success, Nueva York.(10)

Al regresar a Chile se dieron los primeros pasos para la organización de la sección Recortes de Prensa, que se estableció definitivamente el año 1950. La información recogida y seleccionada de la prensa nacional permite hasta hoy en día apoyar el trabajo del Parlamento en el ámbito de sus tres labores: legislar, fiscalizar y representar.

Poco después, Ugarte Vial concibió la creación de una sección denominada Indización de la Prensa que procesaba y resumía la información publicada en los diarios capitalinos y más tarde en la revistas, con catálogos por nombres de personas naturales y jurídicas y por materia.

Sin embargo, su mayor logro lo constituye el catálogo legislativo, por orden numérico y cronológico, en cuyas fichas se registraban todas las derogaciones, modificaciones, alcances y reglamentos que ha sufrido cada uno de sus preceptos con indicación precisa de la disposición legal que afecta a cada norma legal. Para esto, se propuso contar con información legislativa extraída del Diario Oficial y de los Diarios de Sesiones de ambas Cámaras junto con la identificación por número y materia de leyes y decretos publicados en el país. Igualmente se continuó con el procesamiento de fichas incorporadas al configurado catálogo alfabético referencial, con exacta referencia y registro permanente de la gestión desarrollada, desde 1811, por los parlamentarios y consignando la participación del Presidente de la República y los Ministros de Estado en el Congreso Nacional.

Junto a lo anterior se dio inicio a la investigación y publicación en una primera etapa, de la historia de leyes sin número, como asimismo, la recopilación de los datos más circunstanciados posibles, que permitieran recuperar información sobre la historia fidedigna de la ley, ya con numeración (ordenamiento que sucedió a partir de 1893).

Estos catálogos se complementaban con otro que permitía la búsqueda por materias, abarcando todas las disposiciones legales que se han dictado y que puede permitir las posibles derogaciones tácitas que se hubieran producido. Estos catálogos se comenzaron a informatizar desde el año 1985, dando a la Biblioteca del Congreso Nacional un carácter único entre los centros de investigación jurídica del país.

El Repertorio de Legislación y Jurisprudencia chilenas, fue una de las obras más importantes que emprendió Ugarte Vial. Ha sido reeditado innumerables veces y abarca la mayoría de los Códigos así como sus leyes complementarias. El primer tomo de esta extensa obra se publicó en 1953 y correspondió al Código Civil, los compiladores de esa edición fueron el propio Ugarte Vial, Antonio Vodanovic, Víctor Loewenwarter y Sergio Insunza B.(11)

En 1955 se editaron los tomos correspondientes al Código de Comercio; su recopilación y redacción perteneció a Víctor Loewenwarter, revisado por Raúl Varela Varela(12) y el Código Penal que tuvo como redactores a Víctor Loewenwarter y Roberto Sánchez Z. Recopiladores fueron el citado Loewenwarter y Aurelio Barros Lastarria, lo revisó el profesor Miguel Schweitzer y actualizó la legislación y agregó los fallos posteriores a la revisión, el profesor Gustavo Labatut Glena, hijo de Adolfo Labatut, antiguo director de la Biblioteca. Con el tiempo se agregaron nuevos códigos y hasta ahora se ha reimpreso innumerables veces.(13)

Tanta actividad hizo necesario aumentar nuevamente a planta del personal de la Biblioteca por medio de la ley N° 11.764 de 1954, promulgada por el Presidente Carlos Ibáñez, (14) nuevamente en la primera magistratura —ahora electo democráticamente— creando seis cargos, entre ellos la jefatura de la sección catalogación y referencias bibliográficas y el de jefe de la sección control. Más de medio centenar de funcionarios conformaban en la época la planta del personal de la Biblioteca.

Uno de los proyectos más queridos de don Jorge Ugarte fue la Enciclopedia Chilena, cuyo objetivo era la descripción de todos los aspectos del país en los órdenes cultural, histórico, biográfico, científico y de recursos naturales. Las investigaciones se iniciaron a fines de los años cuarenta, encabezadas por el propio director Ugarte. Esta ambiciosa obra —que dado su elevado costo, no alcanzó a publicarse— contó con la colaboración y la investigación de distinguidos intelectuales, de los más diversos ámbitos del saber nacional. Sólo como referencia habría que mencionar que cuando se decidió terminar con el proyecto, en 1971, tras más de 20 años de labor, contaba con unos 120 mil artículos, que abarcaban veinte mil páginas. Los archivos, mapas, fotos, papeles y legajos reunidos en esta monumental tarea se encuentran en dependencias de la Biblioteca del Congreso.(15)

Además, en su gestión, la institución —en su calidad de biblioteca parlamentaria— fue designada como depositaria oficial de la documentación surgida de la Organización de las Naciones Unidas, desde 1946; de la Organización de Estados Americanos, desde 1948 y de la, por entonces, Comunidad Europea, desde 1958.

A fines de los años sesenta, durante el Gobierno del Presidente Eduardo Frei Montalva y mientras en la Biblioteca se comenzaban a producir importantes cambios —en sintonía con las transformaciones que el país entero experimentaba—, don Jorge Ugarte Vial estimó concluida su labor y decidió retirarse.

El renunciado Director, en sus casi 40 años de servicios, había pasado por distintos tipos de regímenes políticos que fueron dando forma al país y a una sociedad que incorporaba paulatinamente nuevos actores sociales al desarrollo y la política. El Parlamento fue protagonista de esta evolución y sus miembros aportaron desde sus posiciones al desenvolvimiento institucional y al desarrollo socio-económico. Don Jorge asumió, hemos visto, con un alto grado de compromiso las urgencias que su época le demandó con una imaginación e iniciativa inéditas, modernizando la Biblioteca del Congreso y dialogando con otras realidades mundiales trayendo nuevas tecnologías y llevando experiencias propias, valoradas al nivel de ser adoptadas por otras bibliotecas parlamentarias.

Sin embargo, la gran labor desarrollada por Ugarte Vial no pudo ser posible sin la colaboración de un equipo de notables colaboradores, entre quienes destacaron José Zamudio, bibliógrafo e investigador literario: Víctor Loewenwarter, doctor en Derecho de a Universidad de Colonia, quien llegó a Chile huyendo del Holocausto, exégeta en derecho comparado; Abraham Valenzuela, jefe de la sección jurídica, en los años 40 y ‘50, quien subrogaba a don Jorge y Antonio Vodanovic, quien se desempeñó como Jefe de la Sección Ciencias Políticas, Sociales y Económicas, autor de numerosas obras jurídicas, conocedor cabal de la legislación y jurisprudencia nacional.

Paradojalmente, Jorge Ugarte Vial jamás tuvo en propiedad el cargo de Director de la Biblioteca. Durante su conducción, oficialmente, según las diversas leyes, tuvo el título de Bibliotecario Jefe de la Oficina. Sólo en el artículo primero de la ley N° 17.801 de noviembre de 1972, se creó el cargo de Director.(16)

En los 120 años de historia de la Biblioteca del Congreso Nacional, jamás en el hemiciclo del Parlamento chileno se había realizado un homenaje a uno de sus directores. Ello sucedió en el otoño del año 1969, cuando en el Senado de la República, el día 22 de abril, se galardonó la trayectoria de don Jorge Ugarte Vial.

Antes se había distinguido a don Arturo Alessandri Palma, quien también dirigió la Biblioteca, pero ese honor se le otorgó por haber llegado, entre otros cargos, a la Primera Magistratura. El homenaje lo inició el senador Rafael Agustín Gumucio, del Partido Demócrata Cristiano, quien, en parte, expresó: “La Biblioteca del Congreso Nacional, considerada hoy día como una de las más completas y modernas de Latinoamérica, particularmente en la especialidad jurídica, le debe mucho a don Jorge Ugarte Vial, desde que ocupó el cargo de Director, en 1931. A él se deben las innovaciones que cambiaron la característica tradicional de toda la Biblioteca; la introducción de modernos sistemas, tales como los catálogos de leyes chilenas, de leyes extranjeras, de los artículos de revistas, de la prensa diaria y de los debates parlamentarios. Todas ellas fueron reformas que dieron categoría dinámica a la vieja Biblioteca”.

A continuación, el senador del Partido Radical, Humberto Aguirre Doolan pidió la palabra y, entre otras consideraciones, señaló: “Los Senadores de estas bancas queremos sumarnos al reconocimiento que al Congreso y, en especial, al Senado de la República merece el ejemplar funcionario que ha sido el señor Ugarte. En mi caso particular, en el largo lapso en que me ha correspondido actuar en el Parlamento, como miembro de la Cámara joven y, después, del Senado, he podido apreciar que siempre que se le han solicitado sus servicios, el señor Ugarte Vial ha estado presto a concurrir entusiastamente con su talento, con su cultura, con su hombría de bien, en fin, con todo cuanto caracteriza a un hombre que puede calificarse, repito, de funcionario ejemplar”.

Enseguida, tomó la palabra el senador del Partido Nacional Julio von Mühlenbrock que, en parte de su discurso, dijo: “Ecuánime, caballeroso, espiritual, idealista, recto en el cumplimiento de sus funciones, son términos que se ajustan perfectamente a la personalidad de este sobresaliente funcionario. Pero sobre todo merece alabanzas por el idealismo, el fervor, la mística que puso al servicio de una iniciativa que aún muchos chilenos no comprenden: el comenzar —a pesar de la dificultad que esa obra significa— en la ejecución de una enciclopedia de nuestra patria, que ha de tener un valor extraordinario, no sólo para el conocimiento de lo que es Chile sino, incluso para el desarrollo de nuestra nación, porque el concepto enciclopédico representa el concepto de universalidad y avanza en esa obra a pasos agigantados. Y para nosotros, los chilenos, que aún no maduramos como nación, el que uno de nuestros conciudadanos sea el primero en América Latina en penetrar en ámbitos que pertenecen a las viejas culturas, constituye una demostración tal de desarrollo, madurez y capacidad intelectual que, es de toda lógica darle el respaldo y —más aún— el agradecimiento de este Senado”.(17)

Algunos días más tarde, en el hemiciclo de la Cámara de Diputados, José Manuel Isla Hevia, parlamentario del Partido Demócrata Cristiano, pidió la palabra y, en algunos párrafos de su intervención, manifestó: “Señor Presidente, esta tarde quiero rendir homenaje a un muy antiguo funcionario que sirvió al Parlamento -la Cámara de Diputados y el Senado- desde la Biblioteca del Congreso Nacional (...) En los años que me ha correspondido actuar aquí, en el Parlamento, como Diputado, he sido testigo de la labor encomiástica que desempeñó como Director de la Biblioteca. Indudablemente fue él quién organizó la estructura fundamental de esta entidad del Congreso hasta hacerla adquirir el grado de adelanto, desarrollo y buen nombre que en la actualidad tiene”.(18)

Así concluía don Jorge Ugarte una brillante trayectoria en la dirección de la Biblioteca del Congreso Nacional, lugar que había conocido casi medio siglo antes mientras era estudiante de Derecho y leía en sus salones.

Pero la infatigable labor de Ugarte Vial no cesó tras su salida de la dirección de la Biblioteca del Congreso Nacional. Años antes que fuera aprobado el Decreto Ley N°600(1974), sobre Inversión Extranjera, don Jorge preparó un texto sobre la materia.

En la introducción, efectuó un esbozo de su visión del futuro del país: “Chile, por imperativo de la naturaleza, está destinado a lograr un gran desarrollo sobre la base de la industria pesada que le ofrece perspectivas insuperables. En efecto, el hecho de ser su territorio una faja larga y angosta que se extiende entre la Cordillera de Los Andes y el Océano Pacífico, hace que sus ríos y esteros, debido a su gran desnivel, generen potenciales hidroeléctricos, muchas veces de enorme importancia. Estos potenciales, al ser captados, pueden aprovecharse en la explotación integral de los depósitos de minerales y de más recursos ubicados a escasa distancia de la costa, si para ello se establecen los complejos industriales, factorías y medios de transporte necesarios para beneficiar, fundir, refinar, elaborar a bajo costo y transportar productos y subproductos de gran número de metales y substancias minerales y de una apreciable variedad de maderas: mercaderías que el país podría exportar y despachar a los mercados de consumo a muy bajo costo, valiéndose del transporte marítimo, que es el más económico de todos los conocidos. Asimismo, la industrialización y exportación en gran escala de los productos y subproductos de a pesca y de la caza marina son actividades que ofrecerían extraordinarias ventajas a Chile .(19)

Esa era la visión prospectiva del desarrollo económico de Chile que tenía Jorge Ugarte Vial, quien falleció en Santiago, en febrero de 2001, a la edad de 97 años.

Como testimonio de su trayectoria en la Biblioteca del Congreso, la sala que contiene los “Libros Raros y Valiosos”, situada en el antiguo edificio del Parlamento, en Santiago, lleva su nombre.

Notas

(1) Díaz Vial, Raúl. El linaje de Vial: sucesión y vinculaciones. Madrid, Selecciones Gráficas, 1950.

(2) Ugarte Vial, Jorge. El comodato. Santiago de Chile. Imprenta Nacional, 192-?.

(3) Diario Oficial, 27 diciembre de 1929

(4) Boletín de Sesiones, Cámara de Diputados, 29 abril de 1969.

(5) Diario Oficial, 2 octubre de 1940

(6) Diario Oficial, 24 septiembre de 1945

(7) Díaz Vial, op cit.

(8) Diario Oficial, 6febrero de 1947

(9) op cit. nota 4

(10) Ibid.

(11) Repertorio de legislación y jurisprudencia chilenas: Código Civil. Vodanovic H., Antonio et al. Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1953.

(12) Repertorio de legislación y jurisprudencia chilenas: Código de Comercio. Loewenwarter B., Víctor et al. Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1955.

(13) Repertorio de legislación y jurisprudencia chilenas: Código Penal. Loewenwarter B., Víctor et al, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1955.

(14) Diario Oficial, 27 diciembre de 1954

(15) Revista del Domingo. El Mercurio. 25 julio de 1971. (16) Diario Oficial, 13 noviembre de 1972

(17) Boletín de Sesiones del Senado, 22 de abril de 1969.

(18) Boletín de Sesiones, Cámara de Diputados, 7 mayo de 1969.

(19) Ugarte Vial, Jorge. Proposición de Proyecto de Ley sobre Inversión Extranjera. Inédito.


Fuentes consultadas

-Díaz Vial, Raúl. El linaje de Vial: sucesión y vinculaciones, Madrid, Selecciones Gráficas, 1950.

-Ugarte Vial, Jorge. Proposición de Proyecto de Ley sobre Inversión Extranjera. Inédito.

-Id. El comodato. Santiago de Chile. Imprenta Nacional, 192-?.

-Boletín de Sesiones, Cámara de Diputados, 29 abril de 1969.

-Boletín de Sesiones, Cámara de Diputados, 7 mayo de 1969.

-Boletín de Sesiones del Senado, 22 de abril de 1969.

-Diario Oficial

-Diario El Mercurio

-Repertorio de legislación y jurisprudencia chilenas: Código Penal. Loewenwarter B., Víctor et al. Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1955.

-Id. Código de Comercio. Loewenwarter B., Víctor et al. Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1955.

-Id. Código Civil. Vodanovic H., Antonio et al. Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1953.


Fuentes de las fotografías

1, 2 y 11 Archivo BCN

3 y 4 Álbum fotográfico de Chile. Editado por José M Duque, Val paraíso, 1929.

4 y 10 Archivo Fotográfico Museo Histórico Nacional.

6, 7 y 8 Diario El Mercurio

9 Revista Zig-Zag