¿Cobarde?.....
¿COBARDE?.....
Raudo el buque navega; en la toldilla
fuma impasible el capitán negrero;
por la abierta escotilla
sube murmullo ronco y plañidero
que el sollozo semeja
de mil bestias humanas:
es el ébano vivo, que se queja
al dejar las llanuras africanas.
Y mientras gime abajo el cargamento,
y á merced de las olas y del viento
navega el barco por la mar bravía,
que le relate el capitán un cuento
pide à voces la audaz marinería.
—¿Una historia pedis? ¡Ahí va la mía!—
el negrero exclamó:—Si por mi alarde
de arrojo temerario habéis creído
que, cual valiente soy, valiente he sido......
¡grande fué vuestro error! Yo fuí cobarde.
Yo fuí cobarde, sí, porque yo amaba
con la ternura de la edad primera
à una mujer que infame me engañaba;
y la amaba frenético, la amaba
cual ama á sus cachorros la pantera.
No sé si el adulterio ó mi cariño
le hicieron concebir un tierno niño,
mas sé que entre la madre y el hijuelo
tanta dicha gocé, tanta ventura,
que, á deciros verdad, se me figura
que casi comprendí lo que era el cielo.
¡Breves fueron mis cándidos amores!
¡Breve mi dicha fuél ¡Breve mi calma!
Al saber la traición de los traidores,
yo sentí del infierno los horrores
dentro del corazón, dentro del alma.
Á mi rival deshice á machetazos,
y antes de herir à la mujer que impía
rompió de amor los bendecidos lazos.....,
el arma se detuvo, que en los brazos
de la mujer culpable sonreía
el pequeñuelo débil é inocente;
y..... no quise manchar su limpia frente,
no quise arrebatarle su cariño,
y, de pueril ternura en necio alarde,
por no dejar sin madre al pobre niño,
¡á la infiel perdoné cual un cobarde!