¡Oh hado esecutivo en mis dolores
Soneto XXV
editar¡Oh hado ejecutivo en mis dolores, cómo sentí tus leyes rigurosas! Cortaste el árbol con manos dañosas, y esparciste por tierra fruta y flores. En poco espacio yacen mis amores y toda la esperanza de mis cosas, tornadas en cenizas desdeñosas, y sordas a mis quejas y clamores. Las lágrimas que en esta sepultura se vierten hoy en día y se vertieron recibe, aunque sin fruto allá te sean, hasta que aquella eterna noche escura me cierre aquestos ojos que te vieron, dejándome con otros que te vean.