¡Acuérdate de mí!
ACUERDATE DE MI!
Oh! cuánto tiempo silenciosa el alma
Mira en redor su soledad que aumenta:
Como un péndulo inmóvil, ya no cuenta
Las horas que se van!
Ni siento los minutos cadenciosos
Al golpe igual del corazon que adora,
Aspirando la májia embriagadora
De tu amoroso afan!
Ya no late, ni siente, ni aun respira
Petrificada el alma allá en lo interno:
Tu cifra en mármol con buril eterno
Queda grabada en mi!
Ni hay queja al lábio ni á los ojos llanto;
Muerto para el amor y la ventura,
Está en tu corazon mi sepultura
Y el cadáver aqui!
En este corazon ya enmudecido
Cual la ruina de un templo silencioso,
Vacío, abandonado, pavoroso,
Sin luz y sin rumor;
Embalsamadas ondas de armonía
Elevabánse un tiempo en sus altares,
Y vibraban melódicos cantares
Los ecos de tu amor.
Parece ayer!... De nuestros lábios mudos
El suspiro de «¡Adios!» volaba al cielo,
Y escondidas la faz en tu pañuelo
Para mejor llorar!
Hoy!... nos apartan los profundos senos
De dos inmensidades que has querido,
Y es mas triste y mas hondo el de tu olvido
Que el abismo del mar!