Los jardines interiores
de Amado Nervo
Vaguedades

Como pupilas de muertos
de luz sobrenatural,
brillan los focos en los desiertos
laberintos del arrabal.

El té canta en la tetera;
fuego dentro, hielo fuera,
que resbala por la vidriera.

Paso llegan o sonoras,
resonando turbadoras,
las procesiones de las horas.

Como pupilas de muertos
de luz sobrenatural,
brillan los focos en los desiertos
laberintos del arrabal.

-¿Por qué llora ese piano
bajo el nácar de tu mano?
-Llora en él mi dolor, hermano

-¡Eh! ¡quién va! ¿quién gime o reza
en la sombra de la pieza?
-Es mi madrina la Tristeza.

Como pupilas de muertos
de luz sobrenatural,
brillan los focos en los desiertos
laberintos del arrabal.

-¿Y qué libro lees ahora
a la luz vaciladora
de la pálida veladora?

¿Alguna bella conseja
de flamante moraleja?
-Es una historia ya muy vieja...

Como pupilas de muertos
de luz sobrenatural,
brillan los focos en los desiertos
laberintos del arrabal.