Tratado de Alquimia Sexual: CAPÍTULO XI

Tratado de Alquimia Sexual:
CAPÍTULO XI
TINTURAS ASTRALES

de Samael Aun Weor



1-En nuestro trabajo de transmutación metálica, tenemos que elaborar las tinturas Astrales para trabajar en la Gran Obra.

2-Cuatro partes de agua metálica, dos partes de tierra de sol rojo, son la tintura madre de la Alquimia.

3-Se pone todo entre un recipiente, se solidifica y se desagrega tres veces.

4-Esta es la tintura madre de la Alquimia porque con esta tintura elaboramos todas las siete tinturas de la Alquimia Sexual.

5-El agua metálica es el semen, la tierra de sol rojo son nuestros órganos sexuales, y el azufre sol es el Kundalini, que tenemos que despertar practicando Magia Sexual con la mujer.

6-Es claro que hay que solidificar tres veces porque nosotros somos un trío de cuerpo, Alma y Espíritu.

7-Con una onza de tintura de sol, podemos teñir de sol mil onzas.

8-Con una onza de tintura de Mercurio, podemos además teñir el cuerpo del Mercurio, etc.

9-Con la tintura Lunar, podemos trasmutar en metal perfecto el cuerpo vital.

10-Con la tintura de Mercurio podemos transmutar en metal de perfección nuestro cuerpo Buddhico.

11-Con la tintura de Venus podemos transmutar con cuerpo de perfección nuestro vehículo de la voluntad.

12-Con la tintura solar podemos transmutar en metal perfecto nuestro cuerpo Astral, o CRESTOS CÓSMICO.

13-Con la tintura de Saturno podemos transmutar en metal perfecto nuestro cuerpo Mental, etc.

14-Con la tintura de Marte transmutamos en metal de perfección el Alma-Conciencia de nuestro cuerpo físico y damos a todos nuestros metales la fortaleza del hierro.

15-Empero la tintura de oro nos unirá con el Uno, con la LEY, con el PADRE.

16-Nuestros siete cuerpos, están influenciados por siete planetas.

17-Nuestras siete Serpientes sintetizan toda la sabiduría de los siete Cosmocratores.

18-Cada uno de nuestros siete cuerpos debe sintetizar toda la perfección de cada uno de los siete Cosmocratores.

19-Tenemos que trabajar con nuestra Piedra bendita en la retorta de nuestro laboratorio sexual, hasta obtener el Fénix de los filósofos.

20-Así es como nosotros después de haber muerto resucitamos como el Ave Fénix de la filosofía.

21-Cada uno de nosotros en el fondo es una estrella, y después de haber trabajado con las tinturas Astrales hasta transmutar todos nuestros siete cuerpos en vehículos de perfección, entonces regresamos al seno del Padre.

22-Los siete seres ordenadores, los siete Logos Planetarios de nuestro Sistema Solar, en el amanecer de la vida se expandieron como se expanden las llamas, y de su expansión resultamos millones de partículas divinas evolucionando a través del Mahamvantara.

23-Cada partícula divina debe realizarse como Maestro de transmutaciones metálicas y volver al PADRE.

24-Toda chispa tiene que regresar a la llama de donde salió, pero conservando su individualidad.

25-«El Libro de los Muertos» dice:

26-"Mirad: Dios de un rostro conmigo está. Salve, oh siete Seres ordenadores, que sostenéis la balanza la noche del juicio del Utchat, que decapitáis y degolláis; que con violencia os apoderáis de los corazones y rasgáis los pechos, que perpetráis matanzas en el Lago de Fuego: os conozco y sé vuestros nombres. Conoced por consiguiente, cómo yo sé vuestros nombres. Hacia vosotros avanzo; por lo tanto, avanzad hacia mí, pues vivís en mí y viviré en vosotros. Dadme vigor con lo que tenéis en vuestras manos, es decir, con el bastón de mando que vuestras diestras empuñan. Ordenad vida para mí con vuestras frases año tras año, conferidme miríadas de años sobre mis años de existencia, muchedumbres de meses sobre mis meses de existencia, e incontables días sobre mis días de existencia, y noches innumeras sobre mis noches de existencia y concededme que surja y esplenda en mi estatua; y aire para mi nariz, y poder a mis pupilas a fin de que vean a los seres divinos que moran en el horizonte, el día del cómputo equitativo de los pecados y de la maldad" (Del capítulo LXXVIII, Capítulo sobre surgir de día, Pág. 133: «El Libro de los Muertos»).

27-El Dios de un rostro que en nosotros está, es el INTIMO.

28-Los siete ordenadores sostienen la Balanza del juicio, y decapitan y degüellan a los alquimistas para realizarlos como Maestros de transmutaciones metálicas.

29-Cada vez que una de nuestras siete Serpientes sube de las Vértebras del cuello a la cabeza, pasamos por el simbólico degollamiento de Juan el Bautista.

30-Los siete Genios planetarios se apoderan de los corazones y rasgan los pechos, para libertar las almas del submundo, y llevarlas hacia el lugar de la luz.

31-Los siete LOGOS perpetran matanzas en el Lago de Fuego.

32-Hay que morir para vivir, hay que morir para el mundo para vivir para el PADRE, y en el Magisterio del Fuego debemos morir y resucitar como el Ave Fénix de la Alquimia Sexual.

33-Los Dioses inmortales nos dan vigor con el bastón de mando que empuñan en su diestra.

34-Este bastón es nuestra Columna Espinal, nuestra caña de Bambú de siete nudos, por donde suben las siete Culebras ardientes.

35-Con los elixires rojo y blanco adquirimos el Elixir de Larga Vida, y aunque estemos encarnados en nuestra estatua, es decir, en nuestro cuerpo físico, se abren los mundos internos y podemos ver a esos jóvenes seres divinos que moran en el horizonte, y que llevan los libros de cuentas del mundo.

36-Con las tinturas Astrales volvemos al seno del PADRE, y a oír palabras inefables.

37-Todo el poder se halla encerrado en la sabiduría de la Serpiente.

38-«El Libro de los Muertos» dice lo siguiente:

39-"Soy la Serpiente Sata, dilatada en años. Fallezco y nazco cada día. Soy la Serpiente Sata que mora en los confines de la Tierra. Muero y renazco, y me renuevo y llego a la juventud todos los días". Cap. XCIII, Capítulo de metamorfosearse en la Serpiente Sata: «El Libro de los Muertos»).

40-La Tintura lunar es de color violáceo. La tintura de Mercurio es amarilla. La tintura de Venus es añil. La tintura Solar azul intenso, y dorado. La tintura de Marte es roja. La tintura de Júpiter es azul y púrpura. La tintura de Saturno es verde, gris y negra.

47-El alquimista tiene que elaborar las siete tinturas para transmutar todos sus metales.