Nota: Se respeta la ortografía original de la época
III.

 
Sacudimiento extraño
Que agita las ideas,
Como huracán que empuja
Las olas en tropel;

Murmullo que en el alma
Se eleva y va creciendo,
Como volcán que sordo
Anuncia que va á arder;

Deformes siluetas
De seres imposibles,
Paisajes que aparecen
Como á través de un tul;

Colores que fundiéndose
Remedan en el aire
Los átomos del Iris,
Que nadan en la luz;

Ideas sin palabras,
Palabras sin sentido;
Cadencias que no tienen
Ni ritmo ni compás;

Memorias y deseos
De cosas que no existen;
Accesos de alegría,
Impulsos de llorar;

Actividad nerviosa
Que no halla en qué emplearse;
Sin riendas que le guie
Caballo volador;

Locura que el espíritu
Exalta y enardece;
Embriaguez divina
Del genio creador...
¡Tal es la inspiración!



Gigante voz que el caos
Ordena en el cerebro,
Y entre las sombras hace
La luz aparecer;

Brillante rienda de oro,
Que poderosa enfrena
De la exaltada mente
El volador corcel;

Hilo de luz que en haces
Los pensamientos ata;
Sol que las nubes rompe
Y toca en el zenit;

Inteligente mano,
Que en un collar de perlas
Consigue las indóciles
Palabras reunir;

Armonioso ritmo,
Que con cadencia y número
Las fugitivas notas
Encierra en el compás;

Cincel que el bloque muerde
La estatua modelando,
Y la belleza plástica
Añade á la ideal;

Atmósfera en que giran
Con orden las ideas,
Cual átomos que agrupan

Recóndita atracción;

Raudal en cuyas ondas
Su sed la fiebre apaga;
Oasis que al espíritu
Devuelve su vigor...
¡Tal es nuestra razón!

Con ambas siempre en lucha
Y de ambas vencedor,
Tan sólo el genio puede
A un yugo atar las dos.