Reflexiones o sentencias: 12


§ 111. No vivirían mucho tiempo los hombres en sociedad, si no fuesen los unos víctimas de la astucia de los otros.


§ 112. Nuestro amor propio aumenta o disminuye las buenas prendas de nuestros amigos, a proporción de la satisfacción que tenemos de ellos; y juzgamos de su mérito, por el modo con que se portan con nosotros.


§ 113. Todos se quejan de su memoria, y nadie de su juicio.


§ 114. Más agradamos comunmente en el comercio de la vida por nuestros defectos, que por nuestras buenas prendas y calidades.


§ 115. No tiene la menor apariencia de tal la mayor ambición, cuando se halla en una absoluta imposibilidad de llegar a lo que aspira.


§ 116. Desengañar a un hombre preocupado de su mérito, es hacerle tan mala obra, como se hizo al loco de Atenas, que creía eran suyos todos los bajeles que llegaban al puerto.


§ 117. Gustan los viejos de dar buenos consejos, para consolarse de no estar ya en estado de dar malos ejemplos.


§ 118. Los nombres célebres envilecen, en lugar de engrandecer, a los que no saben sostenerlos.


§ 119. La señal de un mérito extraordinario es ver a los que mas le envidian precisados a alabarle.


§ 120. Algunos ingratos son menos culpables de su ingratitud, que los que les han hecho el beneficio.