Por el val de las Estacas...

Por el val de las Estacas...
de Anónimo
 		    
    
        Por el val de las Estacas		
	pasó el Cid a mediodía, 		
	en su caballo Babieca: 		
	¡oh, qué bien que parecía! 		
	El rey moro que lo supo 	
	a recibirle salía, 		
	dijo: -Bien vengas, el Cid, 		
	buena sea tu venida, 		
	que si quieres ganar sueldo, 		
	muy bueno te lo daría, 	
	o si vienes por mujer, 		
	darte he una hermana mía. 		
	-Que no quiero vuestro sueldo 		
	ni de nadie lo querría, 		
	que ni vengo por mujer, 	
	que viva tengo la mía, 		
	vengo a que pagues las parias 		
	que tú debes a Castilla. 		
	-No te las daré yo, el buen Cid, 		
	Cid, yo no te las daría; 		
	si mi padre las pagó, 		
	hizo lo que no debía. 		
	-Si por bien no me las das, 		
	yo por mal las tomaría. 		
	-No lo harás así, buen Cid, 	
	que yo buena lanza había. 		
	-En cuanto a eso, rey moro, 		
	creo que nada te debía, 		
	que si buena lanza tienes, 		
	por buena tengo la mía;	
	mas da sus parias al rey, 		
	a ese buen rey de Castilla. 		
	-Por ser vos su mensajero, 		
	de buen grado las daría.