Poetas bucólicos griegos/Idilios de Mosco/I

Nota: Se respeta la ortografía original de la época

IDILIO I.



AMOR FUGITIVO.



Tras Cupido
Que se escapa
Va Ciprina
Congojada.
«¡Pasajero!
(Triste clama)
Por las calles
Y las plazas
¿Quién á un niño
Vió con alas?
Es de Vénus
Prenda cara.
Al que diga
Donde se halla
Recompensa[1]
Daré grata:

Y si hubiere
Quien lo traiga
A las puertas
De mi alcázar,
Yo le ofrezco
Mayor gracia.
»Mil á mi hijo
Señas claras[2]
Entre ciento
Lo indicaran.
Ver no esperes
Su tez blanca
Porque al fuego
Roja iguala.
Sus pupilas
Son dos brasas,
Y perversas
Sus entrañas,
Aunque dulce
Tiene el habla.
Una cosa
Dentro fragua
Y otra dicen[3]
Sus palabras.
Miel semeja
Su voz blanda;
Mas si la ira
Lo arrebata,
Es tremenda
Su venganza,
Todo es dolos,

Todo mañas,
Todo fraudes,
Todo tramas,
Y áun crueles
Son sus chanzas.
»La melena
Bien rizada
Mal al torvo
Rostro cuadra;
Sus manitas
Agraciadas
¡Ay! cuán léjos,
Cuál disparan!
Al Estigio
Lago alcanzan;
De Orco hieren
Al Monarca.[4]
Con el cuerpo
Desnudo anda,
Mas cubierta
Tiene el alma.
Leves plumas
Lo engalanan;
De ave á guisa
Vuela y salta,
Y á doncellas
Y muchachas
De improviso
Se abalanza
Y en su seno
Nido labra.

»Diminuto
Arco lo arma
Con la flecha
Preparada
Que hasta el cielo
Vuela rauda.
De oro puro
Rica aljaba
Siempre cuelga
De su espalda;
Mil saetas
Dentro guarda
Con veneno
Bien curadas
Que á mí propia[5]
Rudas causan
Muchas veces
Hondas llagas.
»Cuanto lleva
Todo espanta,
Todo hiere
Y anonada;
Mas su antorcha,
Bien que parva,
Aun al mismo
Sol abrasa.[6]
»¡Pasajero!
Si lo agarras,
Trae tu presa
Bien atada.
¡Infelice

Si te apiadas!
Cuando vieres
Que derrama
Tierno lloro,
Pónte en guardia,
Porque entónces
Él te engaña.
Si riere,
Más lo afianza;
Zalamero
Si te abraza,
¡Léjos huye!
Porque mancha,
Y á quien besa
Lo contagia.
Si te dice
«Ten mis armas»
Y sus prendas
Te regala,
¡Ay! no aceptes
Nada, nada.
Fuego encierran
Esas galas:
No las toques
O te abrasan.»


Notas

IDILIO I.



Finge el Poeta que Vénus anda buscando á Amor que se le ha escapado, y hace de su hijo una vivísima descripcion. El Tasso la ha imitado entre los Italianos, y un poco Martinez de la Rosa en su poemita «Amor en venta.»

1 . Cuando alguna cosa se extraviaba, era costumbre de los antiguos enviar un pregonero, que daba las señas de lo perdido y prometia una recompensa al que indicara dónde se hallaba, ofreciendo un premio mayor al que lo llevara á su dueño. El original especifica lo que promete la Diosa de Citera.

2 . Compárese el pasaje de Petronio en que se dan las señas de un jóven de diez y ocho años, por cuyo hallazgo se ofrecian veinticinco escudos. Presenta algunas dificultades aquf la leccion en el original. Yo he seguido á los criticos que leen Eixoot (veinte) y no dixóot (indicios, imágenes), aunque permitiéndome multiplicar el número por cinco, para hacerlo más expresivo en castellano.

3 . La mentira y la doblez fueron siempre uno de los principales característicos de Amor entre los antiguos. Por eso (cntre otras razones) tenian como axioma incontestable que los juramentos morosos carecian de fuerza.

4 . Alúdese á los conocidos amores de Pluton con Proserpina.

5 . Véanse en los Idilios de Teócrito los muchos y variados amores de Vénus, herida casi siempre por los dardos de su hijo.

6 . Hace aquí alusion á los amores de Apolo con Dafne, cambiada en laurel, segun la fábula. Compárese el final del Idilio con los consejos que en el libro I de la Eneida da Vénus á Amor con respecto á Dido.