Parnaso español 155

Acuérdase de su libertad cobrada, y vuelta a perder; y aunque confiesa la felicidad de aquel estado, se reconoce así mismo sin valor para desearle

(Parnaso español)

de Francisco de Quevedo


Ya que no puedo l'alma, los dos ojos
vuelvo al dulce lugar, donde, rendida,
dejé mi antigua libertad, vestida
de mis húmedas ropas y despojos.


¡Oh, si sintiera ya los lazos flojos
en que tirano Amor la tiene asida,
o el desengaño tardo de mi vida
a su prisión burlara los cerrojos!


A ti me fuera luego, y de tu techo
las paredes vistiera, por honrarte,
con duro lazo, por mi bien, deshecho.


Mas hállome en prisión tan de su parte,
¡oh libertad!, que faltas a mi pecho
para poder sin Fili desearte.