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pavos reales, que ven un hermano en el grajo...... no le arrancan las plumas, porque así conviene á los intereses del centro á que pertenecen, posponiendo la dignidad de la pátria, el fuego del sentimiento nacional, ese fuego sagrado que una vestal celete debe animar perpétuamente, á todos los intereses mezquinos de pasiones que cada cual pretende ennoblecer con razon ó sin ella."

A medida que Seele pronunciaba, estas palabras, la aureola que le rodeaba, traducía con chispas ardientes el furor de su espíritu exaltado, y alejándose del planeta con velocidades intermitentes, como los saltos de un Leon aéreo, me elevaba consigo, no sólo á las altas regiones del aire, sino tambien á las altas regiones del entusiasmo.

—"Si, maestro," exclamé, "es cierto lo que decis, y si vuestra mision en la Capital de la Nacion Aureliana es echar por tierra las prerogativas usurpadas de los grajos humanos, tendreis en mí un apoyo poderoso que tratará de secundar vuestrios esfuerzos."

Un aire frio heló casi los nervios de mi cuerpo... Había observado la fosforescencia en los dientes de Seéle.

—"¿Yo?" dijo con calma etérea, "¿creeis que voy á cambiar la situacion de este país? Nó, amigo mio; mil veces nó. Volemos siempre, observemos, estudiemos, comentemos de cuando en cuando una costumbre, un hábito bueno ó malo, pero dejemos á