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pal es esta. Me parece inútil que permanezcamos aquí, porque nada nuevo vamos á oir por hoy. La prensa de oposicion será siempre la prensa de oposicion, y al tratar de organizarla, la Académia no hará sino desquiciarla mas. Por otra parte, una vez aceptadas las tres bases de la Ley Aureliana, la oposicion debe sujetarse á ella."

—"Y si se abstiene, lo que nada tendría de particular?"

—"No puede."

—"Cómo! no puede!"

—"Lo que oís, señor Nic-Nac: nó puede."

—"Pero... y qué... ¿no son acaso ciudadanos libres?

—"Precisamente porque son libres; pero esa misma libertad tiene sus límites, y uno de ellos es la obligacion de conservar la prensa de oposicion; ella es un derecho del pueblo, y de sus representantes; es una necesidad imperiosa que ella exista, pero que exista sometida á ciertas restricciones. Suprimidle los abusos, los insultos generalmente impunes, y os hallareis frente á frente de la mas bella, de la mas noble conquista de un pueblo libre. Suprimid la prensa de oposicion y el gobierno mas benévolo y bien intencionado puede convertirse, sin quererlo casi, en un tirano aborrecible."

—"¿Y qué es necesario hacer para que el gobierno de la Nacion promulgue la Ley Aureliana?"

—"Nada mas que someterla á su aprobacion. La