Despues de esto viene el valle que hemos denominado «de las Ruinas», por el aspecto ruinoso que simula en sus caprichos fortuitos la formacion arenisca, á tal punto que la imaginacion no encuentra límite al asombro.
Puede V. E. destinar un momento de observacion á las vistas fotográficas que las representan en parte, y participará sin duda de nuestra opinion.
Uno pasea en este valle, con la mirada absorta, contemplando monumentos naturales, y llega un instante en que es tan perfecta la ilusion, que se llega á creer que la mano del hombre ha intervenido y que están alineados con arte; se ven calles, una colosal estatua sobre un pedestal, palacios derruidos, la cara de una ejipcia, y el perfil de un viejo que rie; en fin nada carece de reprentacion gráfica; por un momento nos creíamos trasportados al Ejipto, porque el valle en que estábamos, parecia haber sido el asiento de una gran ciudad en el pasado.