Página:Tragedias de Sófocles - Leconte de Lisle (Tomo II).djvu/126

Esta página ha sido corregida
122
Sófocles

dado proceder contra los que no puedo alcanzar. Quisiera que tú hicieses lo mismo. Sin embargo, no es justo que obres como te aconsejo y no como juzgues acertado; pero yo, para vivir libre, es preciso que obedezca á quienes tienen la omnipotencia.

¡Es indigno de ti, nacida de tal padre, olvidar de quién eres hija para no inquietarte mas que de tu madre! Porque las palabras que me has dicho, y con las cuales me censuras, te han sido sugeridas por ella. No las dices por tu propio impulso. Por eso, elige: ó eres una insensata, ó, si has hablado con uso de razón, abandonas á tus amigos. Decías que, si tuvieras fuerzas para tanto, mostrarías el odio que sientes por ellos, ¡y te niegas á ayudarme cuando quiero vengar á mi padre, y me exhortas á no hacer nada! ¿No agrega todo esto la cobardía á todos nuestros otros males? Enséñame ó indícame qué provecho obtendría con dar fin á mis gemidos. ¿Es que no vivo? Mal, en verdad, ya lo sé, pero eso me basta. Ahora bien; soy importuna para éstos, y rindo así honor á mi padre muerto, si alguna cosa agrada á los muertos. Pero tú, que dices odiar, no odias mas que con palabras, y haces en realidad causa común con los matadores de tu padre. Si las ventajas que te son otorgadas, y de que gozas, me fuesen ofrecidas, no me sometería. A ti la rica mesa y el alimento abundante; para mí es bastante alimento no ocultar mi dolor. No deseo en modo alguno compartir tus honores. No los desearías tú misma, si fueses discreta. Ahora, cuando podías llamarte hija del más ilustre de los padres, te llamas hija de tu madre. Así es que serás reputada inicua por el mayor número, tú que haces traición á tus amigos y á tu padre muerto.

¡No demasiada cólera, por los Dioses! Vuestras palabras, para ambas, producirán sus frutos, si tú aprendes de ella á hablar bien, y ella de ti.

Hace mucho tiempo, ¡oh mujeres! estoy acostumbrada á tales palabras de ella, y no me acordaría siquiera, si no