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lovento de do el enemigo había surgido, el martes á la noche, como las centinelas habían dado aviso.

Á la hora concertada se levaron ambas naos, capitana y almirante de Miraveles, y (sirviéndoles el tiempo, aunque escaso) navegaron lo restante de la noche la vuelta de Baleitigui, sin haberlas podido seguir las dos caracoas del servicio, por haber mar picada con fresco Norueste, que fueron atravesando á la otra banda, por dentro de la bahía, al abrigo de la isla, y cuando vino á rayar el dia, se hallaron ambas naos de la armada sobre la punta, descubriendo á sotavento una legua á la mar, las dos naos del Corsario surtas, que luego como se conocieron las nuestras, y que traían en las gavias banderas de capitana y almiranta, se levaron de do estaban, y hicieron vela, habiendo reforzado la capitana con una barcada de gente que sacó de su almiranta; la cual arribó á la mar, y la capitana se tuvo á orza con el armada, disparando algunas piezas de alcance; la capitana de la armada, que no podía responderle con su artillería, por ir cerradas las portas, y amurada de la banda de estribor, tomó resolucion de arribar sobre el enemigo, y se aferró con su capitana por la banda de babor, barriéndole y limpiándole las cubiertas de la gente que sobre ellas traía; echóle dentro una bandera con treinta soldados, y algunos marineros, que se apoderaron del castillo, y cámara de popa, tomándoles las banderas de gavia y cuadra, y el estandarte que tenía arbolado en popa, de colores blanca y azul, y naranjada, con las armas de el Conde Mauricio. Desaparejósele el arbol mayor, y mesana de toda la jarcia y velas, y se le tomó una barca grande que traía por popa. El enemigo que se había retirado en la proa debajo de las jaretas, viendo sobre sí dos navíos de tanta determinacion, envió (por rendido) á pedir á el Oydor el partido[1], á que estándole res-

  1. Esto debió de hacerse á peticion de la gente de Olivier Van Noort, porque, según él mismo confiesa, cansados los soldados se