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tener muchos Españoles en su tierra, aunque los ama, porque recela, no le quiten el reyno, porque vé, que no está mas de en querer; esto le insisten algunos enemigos nuestros, en especial los moros[1]. Pido y suplico á v. m. sea parte, pues tanto en ello puede, que no se largue mano desta tierra, pues tanto se ha hecho en ella, y en tan buen punto se ha puesto[2], y de tanta importancia es tener una fortaleza en tierra firme, pues es principio para grandes cosas, que como se venga de hecho á ello, y él vea fuerza en esta tierra, aunque tenga mala voluntad, ha de hacer lo que conociere que es justicia. Esto digo por su madre, tía y agüela, que son quien mandan y gobiernan; que él, no es mas de como ellas le dicen; él es niño, y se toma de vino mas que su padre, y todo se le va en juegos y cazas, y no se le da mas del reyno que de nada. Por lo cual, si él viere, que hay muchos Españoles, que nadie les puede ofender, él hará cuanto quisieren, porque (como digo) los ama; y tambien los contrarios no se atreverán á contradecir. Y si por ventura en esa tierra hubiere de presente tan poca gente, que no se pueda enviar cosa grande, alomenos alguna, la que mas fuere posible, en compañia de los padres, por no perder esta jurisdicción, y accion en alguna cosa; porque Diego Belloso envió á pedir á Malaca religiosos y gente y papeles, para ser él por aquella vía justicia de la tierra, y entregar á Malaca esta jurisdiccion. Y pues, por ese reyno ha sido este restaurado, no permita v. m. que se haya labrado para que otros cobren el fruto, y si vinieren
  1. Tampoco han sido los Españoles los únicos que le ganaron el reino, y aunque hubiera sido así, esto no daba derecho para que se apoderasen de él; el que voluntariamente ayuda á un hombre contra un ladrón, no por eso adquiere derecho ni sobre su vida ni sobre su libertad. Hay el agradecimiento, y el débil Rey correspondía colmándoles de riquezas, honores y dándoles dos provincias…
  2. ¡Debilitada y exhausta y con un Rey imbécil!