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SESION DE 10 DE ENERO DE 1824

llan en la barra saben que la insurrección ha sido justamente por soldados valientes i defensores de la Patria, a quien solo la miseria ha obligado a un hecho tan escandaloso. Estos hombres despechados difícilmente volverán a nuestras filas i las consecuencias de este suceso serán las mas feroces i desagradables.

El señor Torres. —Es mui sensible que el aguerrido i distinguido escuadrón de Cazadores a caballo, estacionado en Chillan, se haya sublevado el 2 del corriente, contra su apreciable comandante Búlnes i autoridades de la República. Se afirma que la falta de pago ha sido el motivo que alegan los amotinados por haber dado un paso tan escandaloso i de funesta trascendencia, que acaso a estas horas en los demás cuerpos de aquel ejército (no obstante su disciplina) se hayan sentido iguales efectos, todo orijinado por el mismo principio.

Temo esos mismos resultados por solo la razón de que los cazadores que eran los ménos mal pagados se han amotinado ¿qué se espera de los batallones número 1, númeto 3 artillería i rejimiento de Dragones de la Libertad (que forman ese vittucso ejército) que siempre parece que están destinados a sufrir las últimas angustias del Erario? Yo desearía que los hombres mas imparciales observasen de cerca el mérito de los soldados del ejército del Sur; pues estoi convencido que confesarían francamente que no son soldados de la Patria sino esclavos de ella. Sí, esclavos, porque a ellos se les exije toda clase de sacrificios i privaciones, al paso que se les hace sentir todo el peso de la escasez del Erario público. Se me dirá, i con razón, que el Ejecutivo ha estado trabado por la Constitución de 823 para adquirir recursos i consiguientemente no auxiliar oportunamente a las tropas. Yo contestaré que es mui cierto, al paso que lo es también una especie de espíritu de ingratitud nacional que mira con la mayor indiferencia el bienestar del ejército, de esos hombres que han salvado la República en los grandes conflictos, i que a ellos esclusivamente se debe la libertad que gozan hoi dia los ciudadanos de Chile.

Se asegura con bastante probabilidad que los sublevados se reunieron a los 300 salteadores que manda el facineroso de Pincheira. Yo lo creo de hecho, porque el que hace lo mas, bien puede hacer lo ménos. Los cazadores se han amotinado con ménos motivo que pudieran hacerlo las demás tropas del Sur, cuando eran bien tratados por su estimable comandante que en Chillan solo han repetido lo que hicieron en Talca el año pasado i que últimamente han saqueado la villa de San Cárlos ¿qué se debe esperar de esos hombres comprometidos i desesperados? no solamente se unirán a esa gavilla de malvados sino que, aumentada la fuerza hasta cerca de 500 hombres, cometerán toda clase de crímenes i los pobres pueblos del cordon de montaña van a sufrir infinitos males. Para evitar estos, es necesario que el Congrego autorice al Ejecutivo, a fin de que pueda buscar recursos, especialmente de numerario para auxiliar prontamente al señor jeneral Rivera i de este modo se podrá cortar el fuego eléctrico de la sublevación, evitando así muchos males que precisamente van a aflijir a la tan desgraciada como benemérita provincia de Concepción, que parece que, en quince años de revolución, solo está destinada a padecer i no a gozar de las ventajas que los demás pueblos del Estado gozan hoi dia.

Repito, señores, que es de mayor urjencia facilitar al Ejecutivo los medios que pueda auxiliar a aquella provincia, con tal que sea con la mayor celeridad, porque de lo contrario el desorden se aumentará, i si ahora se necesitan 50,000 pesos acaso despues sean necesarios 500,000 pesos i quizá tengamos que lamentar mayores males que sean mui sensibles a la República.

Se leyó un proyecto del señor Presidente.

El señor Argomedo. —Parece mui bien este medio, añadiendo solo la palabra que el Ejecutivo levante el empréstito sino encontrase otro arbitrio. Yo creo que con esta adición están conciliadas todas las opiniones, porque, lo que se pide, es para pagar la tropa i debemos tener presente que a todas las tropas se les debe i no hacemos mas que adelantar, que si hubiese otro medio ménos malo se adopte. Seguramente el señor Eyzaguirre no se acordó de esta circunstancia, cuando dijo que con 5,000 pesos podia sofocarse la sublevación i no advirtió que se debia pagar todo el ejército i que los 5,000 pesos solo fueron una contribución que exijia el escuadrón en un solo pueblo.

Se votó el proyecto del señor Presidente i quedó aprobado por unanimidad con la calidad que pidió el señor Argomedo.

Se mandó oficiar inmediatamente al Ejecutivo, autorizándolo al mismo tiempo para que, si con los 100,000 pesos 110 alcanzaba a cubrir los gastos de la legación del señor Zañartu, pudiese tomar prestado lo que fuese suficiente para estos gastos.

Se puso en discusión la mocion del señor Infante, para que el Congreso se declare constituyente.

El señor Argomedo. —Declarado el Congreso constituyente es necesario que el Gobierno i todas las autoridades lo reconozcan como tal i le presenten juramento.

El señor Vicuña. —El Congreso está declarado constituyente de hecho. El ha declarado insubsistente una Constitución, lo que no podria ser sin ser constituyente, porque si no, habría hecho lo que no dehia. Así opino que se haga hoi mismo esta declaración sin necesidad que se discuta mas.

El señor Ovalle. —Esta es la segunda lectura de esa mocion. El reglamento dice que toda mocion o proyecto deba tener tres lecturas i tres discusiones; así no puede votarse hoi mismo.